Los aviones NO están adaptados para las diferentes necesidades de los usuarios. Si uno viaja en silla de ruedas o con un cochecito de bebé comprobará fácilmente que es muy complicado desenvolverse en forma autónoma. La falta de accesibilidad genera inconvenientes en el desplazamiento libre y autónomo hacia y dentro del avión. Si bien los aeropuertos, día a día, se están volviendo accesibles, los aviones (los actores de primera línea) hacen agua.
Por empezar el traslado hacia el avión siempre cuesta. Los aviones no poseen elementos que permitan acceder hacia él sin pasar por las escaleras como la que vemos en la foto; salvo que justo coincida en que existe una manga a la misma altura del avión.
Además de uno tener que subir en forma incómoda e insegura al avión (ya que el personal no está capacitado para subir una silla de ruedas), se encuentra con que debe pasarse a otra silla más pequeña, sin estabilidad que es de transferencia para dirigirse al asiento reservado, ya que el pasillo es demasiado angosto (siendo generoso con el angosto). FOTO:
Luego de haber padecido todas esas dificultades, ojalá que ni se le ocurra ir al sanitario porque deberá transitar todo el avión por ese mismo "angosto" pasillo y cuando llega al mismo se encuentra con una puerta que dice adaptado para personas con discapacidad y preparado para cambiar bebés. FOTO
El tema es que a los diseñadores de sanitarios de aviones no les enseñaron que la medida del ancho de una puerta debe ser no menor a 90cm y que debe existir un espacio útil dentro del mismo para poder girar una silla de ruedas de 150 cm. y pareciera que esa calcomanía es un chiste. FOTO
Parece que no es grave pero así muchas personas quedan excluídas de disfrutar y gozar de un viaje como cualquier otra persona. Las dificultades con las que se encuentran las personas con discapacidad son las mismas que padecen los adultos mayores, familias con niños pequeños, personas con movilidad reducida, en fin...TODOS los PASAJEROS.
Lic. Alejandro López
